La LOMCE en contra de la EDUCACIÓN PÚBLICA

Por Jean Pierre Löhrer

Vivimos en un país donde el avance y la escalada de la pobreza son escalofriantes. La escuela debería ser un sector protegido de los intereses ideológicos y económicos, pero con la LOMCE los intereses económicos, privados y religiosos se han convertido en protagonistas y van en el sentido contrario al de la educación por ser profundamente antidemocráticos, esta ley va en contra de la igualdad de acceso a la enseñanza y tiene como objetivo oculto enviar a la basura el principio fundamental de la escuela publica: "LA IGUALDAD DE LAS OPORUNIDADES".

En esta ley no se habla del contenido de la enseñanza, no se habla del ritmo escolar, no se habla de las condiciones objetivas de los estudios, de la sobrecarga de las clases, no se habla de mejorar y re-enfocar el diálogo entre el profesorado y los padres y madres a través del Consejo Escolar; esta ley suprime el poco espacio democrático que estaba en las escuelas y minimiza totalmente la representación de los alumnos a través los delegados de clase. Los alumnos son considerados como menores en el sentido más absurdo.

La LOMCE se puso en funcionamiento con una reducción importante de puestos de profesores, y coloca la religión como asignatura de la misma importancia que el resto de las asignaturas. La religión es um asunto personal y no debe entrar en as escuelas públicas... Esta ley perversa no toma en consideración las dificultades​ económicas de muchas familias, se ignoran totalmente las necesidades y capacidades individuales de los alumnos y alumnas.

La educación es una responsabilidad de los poderes públicos y ellos no lo pueden eludir. El objetivo del PP con la LOMCE es convertir un derecho fundamental de las personas en una mercancía, un negocio para el beneficio de unos pocos; el primer paso es proponer a los alumnos una asignatura como la de emprendedor.

La LOMCE es una ley sin base científica y pedagógica, una ley que fue votada sin consenso, con una filosofía mercantilista profundamente privatizadora que potencia el adoctrinamiento católico en las escuelas, una ley segregadora y que devalúa la Formación Profesional, una ley que apuesta por la gestión privada de tipo empresarial en la educación pública y que quiebra los principios de igualdad y capacidad. Una ley que prevé que los consejos educativos pasarían a ser nombrados como cargos públicos, no por mérito o capacidad entre los profesores de los centros educativos. Esta visión educativa no está a la altura de la realidad y de los intereses de la sociedad española.